El proyecto de La Magdalena surge, no solo para acercar la fantástica gastronomía cántabra a Madrid, sino también con un fin social.
La pandemia del Covid-19 nos ha afectado a todos, pero ha tenido un grandísimo impacto en aquellos que ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad. Es el caso de los menores desplazados forzosamente, que cuando cumplen los 18 años deben abandonar los centros de protección de menores. Chicos y chicas que, a pesar de adquirir la mayoría de edad legal, necesitan aún apoyo y acompañamiento hasta completar su formación y tener la posibilidad de comenzar una vida autónoma.
Estos jóvenes abandonan el Sistema de protección con una formación nula o escasa por varias razones: problemas con el idioma, falta de herramientas educativas específicas para paliar las desigualdades, nivel de estudios, etc. Esto, unido a las dificultades que encuentran para acceder a una vivienda digna, hace que la mayoría de los jóvenes abandonan el Sistema de Protección sin expectativas de conseguir un empleo, debido también a su situación administrativa.